sábado, 27 de abril de 2019

¿Hambre física o emocional?



¡¡Bienvenidos!!!

Todos sabemos lo que es el hambre pero ¿habéis oído alguna vez hablar del hambre emocional?

El hambre es la necesidad fisiológica de ingerir alimentos. Es la manera que tiene nuestro cuerpo de avisarnos de que es hora de buscar alimento, comer y conseguir energía y nutrientes.  Sin embargo muchas veces comemos con el propósito de saciar una necesidad emocional, cuando estamos tristes, nerviosos, cansados o incluso para como recompensa por algo bien hecho.

El hambre emocional nos lleva a comer compulsivamente, sentimos un ansia enorme por comer generalmente cosas poco saludables y de manera caprichosa: bollos, helado, pizza, patatas fritas, refrescos…. ¿Quién no se ha comido media tableta de chocolate después de un día triste? ¿O una bolsa de patatas fritas cuando tiene ansiedad? ¿Y a quién le apetece una ensalada después de una discusión?

Comer es una manera de sentirnos bien, de evadirnos del dolor y las preocupaciones. Comer compulsivamente alivia nuestro malestar a corto plazo, pero con frecuencia, inmediatamente después nos invade un sentimiento de culpa...

Es importante que antes de comer prestemos atención a cómo nos sentimos física y emocionalmente, e intentemos diferenciar si se trata de hambre fisiológica o emocional. Este proceso no es sencillo y necesita aprendizaje  pero poco a poco iremos siendo conscientes de nuestras emociones y podremos ir encontrando alternativas beneficiosas que nos hagan sentir bien sin perjudicar a nuestro cuerpo.

Aquí os  dejamos algunas pistas.

Esperemos que os sea útil.


¡¡¡¡Mucho ánimo!!!













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